Cierra los ojos y visualiza como supondrías que seria un día normal de un científico. Desde como llega a su lugar de trabajo, el coche que maneja, la vestimenta que usa, su ambiente laborar, al salir del trabajo rumbo a su hogar ¿cómo es su casa? ¿su vecindario? Ahora abre los ojos, voltea a México y date cuenta de la realidad.
Los científicos en México se vuelven una especie en peligro de extinción cada vez más rápido. ¿Qué es lo esta pasando? ¿Cómo hemos llegado al punto en que un niño de 8 años conoce más acerca de
John Cena que del único premio
nobel mexicano en ciencias?
Siendo estudiante de una carrera científica me entristece el observar como muchas de las mentes más brillantes de este país son mejor aprovechadas en otras naciones. Como estas mentes son atraídas por mejores ofertas de empleo en el extranjero y las aceptan después de la desilusión de que ninguna nacional llega.
¿Es en serio que preferimos regalarle nuestros aplausos y porras a un(a) candidato(a) a un puesto de gran poder político que a una
científico mexicana dedicada a desarrollar una esperanza para combatir el cáncer cerebral? ¿Cómo podemos pelearnos por conseguir un boleto carísimo para la final América VS Chivas pero no podemos dar un poco de nuestro tiempo para asistir a muchas conferencias gratuitas de grandes exponentes científicos?
En fin, espero que un día dejemos los mexicanos de ver a la ciencia como el primo incomodo del cual solo nos acordamos cuando necesitamos algún favor o ayuda por parte de él pero nunca invitamos a alguna fiesta y siempre lo podemos después de sus hermanos, las ciencias sociales y artísticas.
Ahora vuelve a cerrar los ojos, imagínate tu iPod, BlackBerry, Kinect, los medicamentos que tomas, tu auto o el de tus padres y piensa en todo el conocimiento científico que se tuvo que invertir para que pudieras disfrutarlos.